viernes, 1 de marzo de 2013

Capítulo 7.



El sábado había llegado demasiado rápido.
Había perdido toda la ilusión de ir a la fiesta y, además, no paraba de tener escalofríos desde poco después de comprarnos los vestidos. Prefería quedarme en casa antes que ir allí, pero ya no me quedaba más remedio.

Después de estar todo el día sin hacer nada fui a la casa de Esther. Habíamos acordado arreglarnos juntas e ir a la fiesta justo después. Intentaba contagiarme un poco con la ilusión que tenían, pero me resultaba imposible.
Esa tarde hacía más calor de lo normal, cosa que me alegraba. Al menos no pasaría tanto frío por la noche, aunque en esos momentos estaba asfixiada de tanto subir cuestas. Aquel pueblo no se caracterizaba precisamente por ser llano.
Cuando llegué a casa de Esther (no sin antes perderme un par de veces) me pesaba hasta la bolsa donde llevaba lo que me iba a poner. Me recibió con dos moños a cada lado de la cabeza y un mechón suelto por detrás.
-¡Sí que has tardado! – me dijo nada más abrir – He empezado a arreglarme el pelo.
-Me he perdido un par de veces – reconocí.  Estaba demasiado cansada como para pensar una excusa. Esther me miró como si no tuviera remedio y se rio.
-Anda, sube. Paula ha llegado hace poco también.
Llegamos a su cuarto, que estaba pintado de color rosa chicle. Paula estaba en la cama mirando peinados en lo que parecía ser una revista de moda. Cuando me vio aparecer se levantó de un salto y me dio un abrazo.
-¿Cuál te parece mejor? – me preguntó enseñándome dos recogidos bastante difíciles. Me pregunté cómo pensaba hacerse alguno de ellos.
-El de la izquierda creo que te quedaría mejor – respondí.
-Justo lo que yo estaba pensando.
Mientras Paula le planchaba el pelo a Esther me dediqué a mirar la revista, pero no encontré nada que me llamara la atención. Eran demasiado difíciles y no me gustaban mucho los peinados aparatosos.
-¿Qué te vas a hacer? – me preguntó Paula -. Puedo hacerte lo que quieras. Me gusta mucho la peluquería y llevo años practicando.
-No lo sé – respondí -. Algo sencillo, tal vez un moño bajo o dejármelo suelto.
-Vale, siéntate aquí – dijo señalando la silla en la que se sentaba antes Esther.
En un momento me hizo un moño a la altura de la nuca que, aunque no quisiera reconocerlo porque no me entusiasmaban mucho, me quedaba bastante bien. Le puso un poco de laca y no pude evitar toser.
Paula se hizo el recogido con asombrosa exactitud y empezamos a vestirnos. Además del vestido, llevaba unos tacones que consideraba demasiado altos de color negro, unas medias transparentes y el collar.
No sabía por qué, pero quería ponérmelo con el vestido. Todavía no me lo había puesto, y pensé que sería una buena ocasión para estrenarlo. Además, era muy bonito.
Paula empezó a maquillarme. Le dije que no quería mucho, ya que no solía usar, por lo que apenas me maquilló los ojos y me puso un pintalabios de color rojo sangre.
Me miré en el espejo. Estaba claro que no destacaba mucho como solía ir normalmente, con mi pelo castaño suelto y sin maquillar, pero ahora me sentía bien conmigo misma. Me obligué a sonreír.
-¡Estás preciosa! – me dijo Esther dándome sonoras palmadas en el brazo -. Pero no feliz. ¿Qué te pasa?
‘’Que estoy aterrorizada’’, quise contestarle.
-No me pasa nada. Será que estoy un poco cansada.
Seguro que sabían que era mentira, pero no podía contarles esto.
Cuando volvimos a Baste después de comprarnos los vestidos, íbamos dando grititos como niñas pequeñas. Ahí sí estaba entusiasmada con ir a la fiesta. Me preguntaba qué pensaría Adrián de ese vestido, y también si podría preguntarle algo en la fiesta. Quería que llegara el sábado desesperadamente.
Pasamos por una calle oscura y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Ese sitio me daba mala espina aunque no se viera prácticamente nada. Y tuve razón.
Una mano se posó en mi cara y, con gran delicadeza, la acarició. Entonces no pude evitar oír el susurro en mi oído de aquella persona que había sido la protagonista de mis pesadillas.
-No creas que estás a salvo. Te estoy vigilando, preciosa.
Grité hasta casi quedarme sin voz, pero ya se había ido. Paula y Esther se preocuparon mucho por mí, así que rápidamente puse la excusa de que había sentido que me tocaban una mano. Me dijeron que estaba loca y les di la razón.

El trayecto hasta la casa de Leo fue peligroso. Demasiado. No sabía qué era peor, si bajar una cuesta o subirla con esos tacones. Acostumbrada a mis botas planas y mis zapatillas de deporte, estos zapatos me resultaban mortales. Mientras yo me jugaba la vida en cada zona del pueblo, Paula y Esther parecían más que acostumbradas y parecían divertidas ante mis acrobacias para no caerme.
La casa de Leo se encontraba justo al lado de la playa, por no decir prácticamente encima. Era una casa enorme de dos plantas y un patio con tarima que llegaba hasta la arena. Cuando abrió la puerta parecía algo atareado.
-Ahora entiendo por qué habéis tardado tanto. Estáis preciosas – dijo mientras guiñaba un ojo.
Nos hizo entrar rápidamente hasta llegar a la cocina, donde un arsenal de bebidas y hielos esperaban ser servidos.
-¿Qué queréis? – preguntó -. Hay de todo.
-Lo más fuerte que haya – respondió Paula.
-Por supuesto – dijo Leo.  Parecía más que acostumbrado a esa frase -. ¿Y vosotras?
-No sé… ¿Qué vas a tomar tú, Esther? – mi experiencia en bebidas era bastante nula. No me gustaba beber y, además, en Madrid estaba demasiado controlada como para hacerlo.
-Ron con Coca-Cola.
-Otro – dije yo.
-Ahora mismo.
Parecía más que acostumbrado a hacer de barman en este tipo de fiestas, por lo que en apenas un par de minutos ya teníamos las tres bebidas. Un sorbo me bastó para ver que lo había cargado demasiado. Aun así me las arreglé para darle dos sorbos más y decirle que estaba bueno.
Fuimos al patio. Perdimos de vista a Paula en cuanto entramos a la tarima, donde mucha gente bailaba sin parar. Definitivamente quería salir de allí cuanto antes. Incluso habían contratado un DJ para que se encargara de la música, o más bien la estropeara.
-¿Qué hago, Sandra? – me preguntó Esther. Estaba mirando a Leo, que hablaba en esos momentos con dos chicos que me sonaban del instituto.
-Ve a por él. Invítale a bailar o algo. Tú puedes.
-Eso haré.
De un sorbo se bebió todo el contenido de su vaso y lo dejó en una mesa. Después fue hacia los chicos. Me sorprendía lo peculiar que podían llegar a ser las dos chicas, cada una por algo distinto.
Di una vuelta a mí alrededor. Con Esther bailando con Leo y Paula perdida donde sólo ella sabía, me encontraba totalmente sola. Me sentí incómoda. Estuve mirando algún sitio en el que quedarme para resultar desapercibida, pero no encontré ninguno, por lo que me quedé allí dándole sorbitos al ron con Coca-Cola.
En apenas cinco minutos me harté de estar allí. Incluso me estaba entrando algo de sueño. Si me iba a casa sin que nadie se diera cuenta, tal vez podría inventarme cualquier excusa al día siguiente.
Animada por la idea empecé a cruzar la muchedumbre que estaba bailando. Más de un chico intentó agarrarme de un brazo para bailar, pero conseguí quitarlos a tirones. Cuando uno de ellos me tocó suavemente el hombro me giré para pegarle una torta, aunque paré en seco al ver de quién se trataba.
Adrián estaba en la fiesta.
Grité. Fue un acto algo idiota, pero no me lo esperaba. Acto seguido empecé a reír como una tonta. Adrián me miraba asombrado. Llevaba una camisa blanca junto con una chaqueta y unos pantalones negros que le hacían bastante elegante.
-Tengo que dejar de asustarte – dijo sonriendo -. No quiero que me asesines.
-Creía que no eras tú.
-Una suerte que te dieras cuenta a tiempo. Te sienta muy bien ese vestido.
-Gracias – susurré. Me estaba poniendo roja.
Casi no había espacio, por lo que estábamos muy cerca. La expresión de Adrián cambió completamente y cogió el collar, que brillaba con mucha intensidad. Parecía… asombrado. Acarició la punta de las alas y sonrió con amargura.
Soltó el collar y volvió a mirarme a los ojos. No sabía con exactitud cuánto tiempo habíamos pasado así. Era como si ya no tuviera ningún sentido saber nada más, sólo el hecho de estar con Adrián. No podía describir cómo me sentía, aunque estaba completamente segura de que era feliz. No quería separarme de él.
Aunque no quería reconocerlo, nunca me había sentido así con nadie. Adrián hacía que me sintiera segura, que quisiera abrazarle y permanecer así para siempre. Deseé que me besara, que todo el mundo se fuera y que él y yo continuáramos así sin nadie que pudiera saber más de la cuenta.
Adrián me cogió una mano y puso otra en mi cintura. Automáticamente puse mi mano libre en su hombro. Me acarició la mano y no pude evitar tener un escalofrío, aunque resultaba agradable. Estábamos más cerca.
-¿Sabes bailar? – me preguntó.
-No, ¿y tú?
-Tampoco.
Empezamos a dar vueltas en círculo lentamente, sin seguir el ritmo de la atronadora música que se escuchaba. Aunque llevaba tacones, Adrián me sacaba todavía unos centímetros. Me armé de valor y no retiré la mirada ni un momento. Sus ojos azules me tenían hipnotizada.
-Al final has venido – dije cuando no pude continuar con el silencio que se extendía ante nosotros. Necesitaba oír su voz.
-Quería verte – dijo en voz baja, de forma que sólo yo pude oírlo.
Sonreí. Admití que Adrián me atraía bastante, pero nunca me había imaginado que él pudiera sentir lo más mínimo por mí. Aunque era una idea loca y seguramente no tendría razón, me sentí bien.
Y entonces supe, aunque no quisiera reconocerlo, que estaba enamorada de él. Que me enfadaba su indiferencia porque no soportaba que no me hiciera caso, y que ahora no podía sentirme más feliz.
-Pues es una suerte que hayas decidido venir, porque yo también quería verte – susurré.
Adrián sonrió con esa sonrisa dulce que me encantaba y yo no pude evitar sonreír.
-¡Adrián! ¡Has venido! –dijo una chica a su espalda con una voz asquerosamente falsa. Ashley volvía a la acción.
-Por qué a mí… – masculló Adrián.
-Ve con ella – musité -. No importa.
Adrián me soltó y no pude evitar desanimarme un poco. Mientras intentaba deshacerse de Ashley permanecí en mi sitio mirando al suelo. No quería mirarles.
De repente, alguien me pegó un tirón en el brazo y estuve a punto de caerme.
-¿Qué coño…? – comencé.
-¡Sandra, estás aquí!
-Sabías de sobra que iba a venir, Jaime – refunfuñé -. ¿Por qué me has hecho esto?
-Perdona, perdona – dijo -. Es que verás… quiero hablar contigo. Pero no aquí, ¿vale? ¿Puedo?
Miré cómo Ashley se pegaba a Adrián y puse los ojos en blanco.
-Claro, por qué no.

22 comentarios:

  1. Joder esto se pone super intereanate... Deseando k llegue el siguiente capitulo :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias :D Para la semana que viene lo más seguro ^^
      Besis ~

      Eliminar
  2. Aiiiiiis! No soporto esperaaar! Necesito el siguiente yaaa! Jaja. Sencillamente genial! :3

    ResponderEliminar
  3. Guay guay!! Que pasara... u.u Veo celos... jajaja Siguiente!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias :3 jeje, quién sabe ~ intentaré tenerlo pronto :3

      Eliminar
  4. Muero, muero.
    En serio, la gente que dice que escribes simple, que te esfuerces más, es gilipollas. Para mi, es perfecta está novela, en serio. Y ahora, el fondo me mata.
    Y Jaime, ¿qué quiere?
    Jo, eres muy mala y no puedo esperar mucho.
    Me he enamorado de Adrián, en serio, me encanta la forma en el que le describes, es perfecto al igual que Isaac cómo le describes. Y tengo una duda... ¿por qué se llamará la novela ''Caído Del Cielo''? ¡Necesito saberlo!
    Sé, que está novela va a ser top ventas y que van a hacer en un futuro una pelicula - porque si no, muero - y va a ser muy famosa.
    Por cierto, cogiste la idea del collar que cuando estaba Adrián brillaba y demás :33
    Lo que molaría, que Sandra fuese un ángel, o un arcángel, o algo; si es así, te digo que Sergio - Raúl - muere.
    Quiero muchísimo más.
    Pero una cosita, utiliza un poquito de sinónimos, dices casi dos veces seguidas sorbos, hay más palabras. Y creo que sí, es cuando pones una pregunta y si, en una oración - ¡creo, no estoy seguro! xD -
    Bueno, necesito con ganas muchas el capítulo 8 y espero que está gran parrafada te haya gustado.
    Un beso.

    Raúl.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. *____* Me ha encantado tu gran parrafada :3
      Tendrás que esperar para saber qué quiere Jaime, aunque creo que con el adelanto ya te haces una idea xD
      Adrián es demasiado *-* Y aun así siento que no lo describo todo lo bien que me gustaría TT___TT
      Me halagas mucho con eso, eres muy exagerado D: Tengo que mejorar mucho para poder plantearme el hecho de publicar.
      Sí, cogí tu idea porque me pareció bastante buena :3 Y también le he añadido algunas cosillas ^^
      Besis <3

      Eliminar
  5. Esta muy interesante, me encanta.

    ResponderEliminar
  6. Por fin me e puesto al dia con tu historia, y me encanta !
    Sige asi. Y no tardes mucho en subir el siguiente eeh ! (:

    ResponderEliminar
  7. Tengo muuuchas ganas de leer el próximo capítulo :)
    ¡Te sigo!

    ResponderEliminar
  8. Dios mee encantaa! Me he leido toda la historia de un tirón por que no te conocia! Espero con impaciencia el proximo capitulo.. hahaaha
    Sigue así eres muy buena escritoria!
    Te sigoo desde ¡YA!
    Pasate por mi blog : http://cosasmonosasymas.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias :'D Seguramente lo suba este fin de semana ^^ Gracias nun Ahora me paso <3 Besos ~

      Eliminar
  9. Como te prometí, me he leído todos los capítulos. :D
    He sacado tiempo hasta de debajo de las piedras pero tenía que terminarme los capítulos que me faltaban son INCREÍBLES, PERFECTOS, FANTÁSTICOS... SIN PALABRAS ME HAS DEJADO!!

    He de reconocer que casi muero de un ataque al corazón cuando le ha dicho Adrián:"Quería verte"
    Osea ¿puedo morir ya de amor o no?. Me encanta Adrián, es perfecto en serio la forma que tienes de describirle es simplemente increíble(Me declaro enamorada oficialmente ^^).
    Y ahora por favor te lo pido, te lo suplico si es necesario sube pronto el capitulo 8 porque me va a dar algo. Estoy super intrigada por saber que le dirá Jaime.

    Un besazo enorme

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola monosha :333 Yo todavía tengo que ponerme al día con el tuyo, seguramente hoy (como te he dicho ya por tuenti) :D Me alegra mucho que me digas esas cosas TT^TT Espero tener el próximo para el lunes o el martes como muy tarde :3
      Me alegro de que te guste Adrián :3 Es amor (?) Aish, qué feliz estoy por lo que me has dicho :'3 Gracias ~

      Eliminar
  10. UYUYUYUYUYUYUYYYYYYYYYYYY, JAJAJAJAJ.
    Yo sé lo que va a pasar e.e Jajaja, tengo un día muy tonto xDD
    ¡Sandra, huye y arranca a Adrián de los brazos de esa furcia! xDDDD Me ha gustado mucho el capítulo, no sé por qué (quizá se deba a que escribes bien y enganchas, o a lo mejor son imaginaciones mías). Y ahora acabo de tener un deja vu a lo tonto y a lo bobo, y eso sí que no sé de dónde viene xDDD
    Creo que te va a gustar lo que te voy a enviar e.e
    Bueno, sigo leyendo :3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. JAJAJAJAJAJAJA claro que sabes lo que va a pasar xD
      Pero tiene que huir haciendo la croqueta, sino no vale D: Imaginaciones tuyas, supongo. No creo que enganche ni que sea tan buena xD ¿Un deja vu? Vaya .__.
      Me matas de la curiosidad ewe
      Vale, besitos <3

      Eliminar