El sábado
había llegado demasiado rápido.
Había
perdido toda la ilusión de ir a la fiesta y, además, no paraba de tener
escalofríos desde poco después de comprarnos los vestidos. Prefería quedarme en
casa antes que ir allí, pero ya no me quedaba más remedio.
Después de
estar todo el día sin hacer nada fui a la casa de Esther. Habíamos acordado
arreglarnos juntas e ir a la fiesta justo después. Intentaba contagiarme un
poco con la ilusión que tenían, pero me resultaba imposible.
Esa tarde
hacía más calor de lo normal, cosa que me alegraba. Al menos no pasaría tanto
frío por la noche, aunque en esos momentos estaba asfixiada de tanto subir
cuestas. Aquel pueblo no se caracterizaba precisamente por ser llano.
Cuando
llegué a casa de Esther (no sin antes perderme un par de veces) me pesaba hasta
la bolsa donde llevaba lo que me iba a poner. Me recibió con dos moños a cada
lado de la cabeza y un mechón suelto por detrás.
-¡Sí que has
tardado! – me dijo nada más abrir – He empezado a arreglarme el pelo.
-Me he
perdido un par de veces – reconocí.
Estaba demasiado cansada como para pensar una excusa. Esther me miró como
si no tuviera remedio y se rio.
-Anda, sube.
Paula ha llegado hace poco también.
Llegamos a
su cuarto, que estaba pintado de color rosa chicle. Paula estaba en la cama
mirando peinados en lo que parecía ser una revista de moda. Cuando me vio
aparecer se levantó de un salto y me dio un abrazo.
-¿Cuál te
parece mejor? – me preguntó enseñándome dos recogidos bastante difíciles. Me
pregunté cómo pensaba hacerse alguno de ellos.
-El de la
izquierda creo que te quedaría mejor – respondí.
-Justo lo
que yo estaba pensando.
Mientras
Paula le planchaba el pelo a Esther me dediqué a mirar la revista, pero no encontré
nada que me llamara la atención. Eran demasiado difíciles y no me gustaban
mucho los peinados aparatosos.
-¿Qué te vas
a hacer? – me preguntó Paula -. Puedo hacerte lo que quieras. Me gusta mucho la
peluquería y llevo años practicando.
-No lo sé –
respondí -. Algo sencillo, tal vez un moño bajo o dejármelo suelto.
-Vale,
siéntate aquí – dijo señalando la silla en la que se sentaba antes Esther.
En un
momento me hizo un moño a la altura de la nuca que, aunque no quisiera
reconocerlo porque no me entusiasmaban mucho, me quedaba bastante bien. Le puso
un poco de laca y no pude evitar toser.
Paula se
hizo el recogido con asombrosa exactitud y empezamos a vestirnos. Además del
vestido, llevaba unos tacones que consideraba demasiado altos de color negro,
unas medias transparentes y el collar.
No sabía por
qué, pero quería ponérmelo con el vestido. Todavía no me lo había puesto, y
pensé que sería una buena ocasión para estrenarlo. Además, era muy bonito.
Paula empezó
a maquillarme. Le dije que no quería mucho, ya que no solía usar, por lo que
apenas me maquilló los ojos y me puso un pintalabios de color rojo sangre.
Me miré en
el espejo. Estaba claro que no destacaba mucho como solía ir normalmente, con mi
pelo castaño suelto y sin maquillar, pero ahora me sentía bien conmigo misma.
Me obligué a sonreír.
-¡Estás
preciosa! – me dijo Esther dándome sonoras palmadas en el brazo -. Pero no
feliz. ¿Qué te pasa?
‘’Que estoy
aterrorizada’’, quise contestarle.
-No me pasa
nada. Será que estoy un poco cansada.
Seguro que
sabían que era mentira, pero no podía contarles esto.
Cuando
volvimos a Baste después de comprarnos los vestidos, íbamos dando grititos como
niñas pequeñas. Ahí sí estaba entusiasmada con ir a la fiesta. Me preguntaba
qué pensaría Adrián de ese vestido, y también si podría preguntarle algo en la
fiesta. Quería que llegara el sábado desesperadamente.
Pasamos por
una calle oscura y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Ese sitio me daba
mala espina aunque no se viera prácticamente nada. Y tuve razón.
Una mano se
posó en mi cara y, con gran delicadeza, la acarició. Entonces no pude evitar
oír el susurro en mi oído de aquella persona que había sido la protagonista de
mis pesadillas.
-No creas
que estás a salvo. Te estoy vigilando, preciosa.
Grité hasta
casi quedarme sin voz, pero ya se había ido. Paula y Esther se preocuparon
mucho por mí, así que rápidamente puse la excusa de que había sentido que me
tocaban una mano. Me dijeron que estaba loca y les di la razón.
El trayecto
hasta la casa de Leo fue peligroso. Demasiado. No sabía qué era peor, si bajar
una cuesta o subirla con esos tacones. Acostumbrada a mis botas planas y mis
zapatillas de deporte, estos zapatos me resultaban mortales. Mientras yo me
jugaba la vida en cada zona del pueblo, Paula y Esther parecían más que
acostumbradas y parecían divertidas ante mis acrobacias para no caerme.
La casa de
Leo se encontraba justo al lado de la playa, por no decir prácticamente encima.
Era una casa enorme de dos plantas y un patio con tarima que llegaba hasta la
arena. Cuando abrió la puerta parecía algo atareado.
-Ahora
entiendo por qué habéis tardado tanto. Estáis preciosas – dijo mientras guiñaba
un ojo.
Nos hizo
entrar rápidamente hasta llegar a la cocina, donde un arsenal de bebidas y
hielos esperaban ser servidos.
-¿Qué
queréis? – preguntó -. Hay de todo.
-Lo más
fuerte que haya – respondió Paula.
-Por
supuesto – dijo Leo. Parecía más que
acostumbrado a esa frase -. ¿Y vosotras?
-No sé… ¿Qué
vas a tomar tú, Esther? – mi experiencia en bebidas era bastante nula. No me
gustaba beber y, además, en Madrid estaba demasiado controlada como para
hacerlo.
-Ron con
Coca-Cola.
-Otro – dije
yo.
-Ahora
mismo.
Parecía más
que acostumbrado a hacer de barman en este tipo de fiestas, por lo que en apenas
un par de minutos ya teníamos las tres bebidas. Un sorbo me bastó para ver que
lo había cargado demasiado. Aun así me las arreglé para darle dos sorbos más y
decirle que estaba bueno.
Fuimos al
patio. Perdimos de vista a Paula en cuanto entramos a la tarima, donde mucha
gente bailaba sin parar. Definitivamente quería salir de allí cuanto antes.
Incluso habían contratado un DJ para que se encargara de la música, o más bien
la estropeara.
-¿Qué hago,
Sandra? – me preguntó Esther. Estaba mirando a Leo, que hablaba en esos
momentos con dos chicos que me sonaban del instituto.
-Ve a por
él. Invítale a bailar o algo. Tú puedes.
-Eso haré.
De un sorbo
se bebió todo el contenido de su vaso y lo dejó en una mesa. Después fue hacia
los chicos. Me sorprendía lo peculiar que podían llegar a ser las dos chicas,
cada una por algo distinto.
Di una
vuelta a mí alrededor. Con Esther bailando con Leo y Paula perdida donde sólo
ella sabía, me encontraba totalmente sola. Me sentí incómoda. Estuve mirando
algún sitio en el que quedarme para resultar desapercibida, pero no encontré
ninguno, por lo que me quedé allí dándole sorbitos al ron con Coca-Cola.
En apenas
cinco minutos me harté de estar allí. Incluso me estaba entrando algo de sueño.
Si me iba a casa sin que nadie se diera cuenta, tal vez podría inventarme
cualquier excusa al día siguiente.
Animada por
la idea empecé a cruzar la muchedumbre que estaba bailando. Más de un chico
intentó agarrarme de un brazo para bailar, pero conseguí quitarlos a tirones.
Cuando uno de ellos me tocó suavemente el hombro me giré para pegarle una
torta, aunque paré en seco al ver de quién se trataba.
Adrián
estaba en la fiesta.
Grité. Fue
un acto algo idiota, pero no me lo esperaba. Acto seguido empecé a reír como
una tonta. Adrián me miraba asombrado. Llevaba una camisa blanca junto con una
chaqueta y unos pantalones negros que le hacían bastante elegante.
-Tengo que
dejar de asustarte – dijo sonriendo -. No quiero que me asesines.
-Creía que
no eras tú.
-Una suerte
que te dieras cuenta a tiempo. Te sienta muy bien ese vestido.
-Gracias –
susurré. Me estaba poniendo roja.
Casi no
había espacio, por lo que estábamos muy cerca. La expresión de Adrián cambió
completamente y cogió el collar, que brillaba con mucha intensidad. Parecía…
asombrado. Acarició la punta de las alas y sonrió con amargura.
Soltó el
collar y volvió a mirarme a los ojos. No sabía con exactitud cuánto tiempo
habíamos pasado así. Era como si ya no tuviera ningún sentido saber nada más, sólo
el hecho de estar con Adrián. No podía describir cómo me sentía, aunque estaba
completamente segura de que era feliz. No quería separarme de él.
Aunque no
quería reconocerlo, nunca me había sentido así con nadie. Adrián hacía que me
sintiera segura, que quisiera abrazarle y permanecer así para siempre. Deseé
que me besara, que todo el mundo se fuera y que él y yo continuáramos así sin
nadie que pudiera saber más de la cuenta.
Adrián me
cogió una mano y puso otra en mi cintura. Automáticamente puse mi mano libre en
su hombro. Me acarició la mano y no pude evitar tener un escalofrío, aunque
resultaba agradable. Estábamos más cerca.
-¿Sabes
bailar? – me preguntó.
-No, ¿y tú?
-Tampoco.
Empezamos a
dar vueltas en círculo lentamente, sin seguir el ritmo de la atronadora música
que se escuchaba. Aunque llevaba tacones, Adrián me sacaba todavía unos
centímetros. Me armé de valor y no retiré la mirada ni un momento. Sus ojos
azules me tenían hipnotizada.
-Al final
has venido – dije cuando no pude continuar con el silencio que se extendía ante
nosotros. Necesitaba oír su voz.
-Quería
verte – dijo en voz baja, de forma que sólo yo pude oírlo.
Sonreí.
Admití que Adrián me atraía bastante, pero nunca me había imaginado que él
pudiera sentir lo más mínimo por mí. Aunque era una idea loca y seguramente no
tendría razón, me sentí bien.
Y entonces
supe, aunque no quisiera reconocerlo, que estaba enamorada de él. Que me enfadaba su indiferencia porque no
soportaba que no me hiciera caso, y que ahora no podía sentirme más feliz.
-Pues es una
suerte que hayas decidido venir, porque yo también quería verte – susurré.
Adrián
sonrió con esa sonrisa dulce que me encantaba y yo no pude evitar sonreír.
-¡Adrián!
¡Has venido! –dijo una chica a su espalda con una voz asquerosamente falsa.
Ashley volvía a la acción.
-Por qué a
mí… – masculló Adrián.
-Ve con ella
– musité -. No importa.
Adrián me
soltó y no pude evitar desanimarme un poco. Mientras intentaba deshacerse de
Ashley permanecí en mi sitio mirando al suelo. No quería mirarles.
De repente,
alguien me pegó un tirón en el brazo y estuve a punto de caerme.
-¿Qué coño…?
– comencé.
-¡Sandra,
estás aquí!
-Sabías de
sobra que iba a venir, Jaime – refunfuñé -. ¿Por qué me has hecho esto?
-Perdona,
perdona – dijo -. Es que verás… quiero hablar contigo. Pero no aquí, ¿vale?
¿Puedo?
Miré cómo
Ashley se pegaba a Adrián y puse los ojos en blanco.
-Claro, por
qué no.
Joder esto se pone super intereanate... Deseando k llegue el siguiente capitulo :D
ResponderEliminarGracias :D Para la semana que viene lo más seguro ^^
EliminarBesis ~
Aiiiiiis! No soporto esperaaar! Necesito el siguiente yaaa! Jaja. Sencillamente genial! :3
ResponderEliminarMuchas gracias ^^ Lo tendré pronto :D
EliminarGuay guay!! Que pasara... u.u Veo celos... jajaja Siguiente!
ResponderEliminarGracias :3 jeje, quién sabe ~ intentaré tenerlo pronto :3
EliminarMuero, muero.
ResponderEliminarEn serio, la gente que dice que escribes simple, que te esfuerces más, es gilipollas. Para mi, es perfecta está novela, en serio. Y ahora, el fondo me mata.
Y Jaime, ¿qué quiere?
Jo, eres muy mala y no puedo esperar mucho.
Me he enamorado de Adrián, en serio, me encanta la forma en el que le describes, es perfecto al igual que Isaac cómo le describes. Y tengo una duda... ¿por qué se llamará la novela ''Caído Del Cielo''? ¡Necesito saberlo!
Sé, que está novela va a ser top ventas y que van a hacer en un futuro una pelicula - porque si no, muero - y va a ser muy famosa.
Por cierto, cogiste la idea del collar que cuando estaba Adrián brillaba y demás :33
Lo que molaría, que Sandra fuese un ángel, o un arcángel, o algo; si es así, te digo que Sergio - Raúl - muere.
Quiero muchísimo más.
Pero una cosita, utiliza un poquito de sinónimos, dices casi dos veces seguidas sorbos, hay más palabras. Y creo que sí, es cuando pones una pregunta y si, en una oración - ¡creo, no estoy seguro! xD -
Bueno, necesito con ganas muchas el capítulo 8 y espero que está gran parrafada te haya gustado.
Un beso.
Raúl.
*____* Me ha encantado tu gran parrafada :3
EliminarTendrás que esperar para saber qué quiere Jaime, aunque creo que con el adelanto ya te haces una idea xD
Adrián es demasiado *-* Y aun así siento que no lo describo todo lo bien que me gustaría TT___TT
Me halagas mucho con eso, eres muy exagerado D: Tengo que mejorar mucho para poder plantearme el hecho de publicar.
Sí, cogí tu idea porque me pareció bastante buena :3 Y también le he añadido algunas cosillas ^^
Besis <3
Esta muy interesante, me encanta.
ResponderEliminarMuchas gracias :D
EliminarPor fin me e puesto al dia con tu historia, y me encanta !
ResponderEliminarSige asi. Y no tardes mucho en subir el siguiente eeh ! (:
Gracias ^^ Intentaré no tardar mucho :D <3
EliminarTengo muuuchas ganas de leer el próximo capítulo :)
ResponderEliminar¡Te sigo!
Muchas gracias <3
EliminarBuaa me encantaa ;)
ResponderEliminarGracias :3
EliminarDios mee encantaa! Me he leido toda la historia de un tirón por que no te conocia! Espero con impaciencia el proximo capitulo.. hahaaha
ResponderEliminarSigue así eres muy buena escritoria!
Te sigoo desde ¡YA!
Pasate por mi blog : http://cosasmonosasymas.blogspot.com.es/
Muchas gracias :'D Seguramente lo suba este fin de semana ^^ Gracias nun Ahora me paso <3 Besos ~
EliminarComo te prometí, me he leído todos los capítulos. :D
ResponderEliminarHe sacado tiempo hasta de debajo de las piedras pero tenía que terminarme los capítulos que me faltaban son INCREÍBLES, PERFECTOS, FANTÁSTICOS... SIN PALABRAS ME HAS DEJADO!!
He de reconocer que casi muero de un ataque al corazón cuando le ha dicho Adrián:"Quería verte"
Osea ¿puedo morir ya de amor o no?. Me encanta Adrián, es perfecto en serio la forma que tienes de describirle es simplemente increíble(Me declaro enamorada oficialmente ^^).
Y ahora por favor te lo pido, te lo suplico si es necesario sube pronto el capitulo 8 porque me va a dar algo. Estoy super intrigada por saber que le dirá Jaime.
Un besazo enorme
Hola monosha :333 Yo todavía tengo que ponerme al día con el tuyo, seguramente hoy (como te he dicho ya por tuenti) :D Me alegra mucho que me digas esas cosas TT^TT Espero tener el próximo para el lunes o el martes como muy tarde :3
EliminarMe alegro de que te guste Adrián :3 Es amor (?) Aish, qué feliz estoy por lo que me has dicho :'3 Gracias ~
UYUYUYUYUYUYUYYYYYYYYYYYY, JAJAJAJAJ.
ResponderEliminarYo sé lo que va a pasar e.e Jajaja, tengo un día muy tonto xDD
¡Sandra, huye y arranca a Adrián de los brazos de esa furcia! xDDDD Me ha gustado mucho el capítulo, no sé por qué (quizá se deba a que escribes bien y enganchas, o a lo mejor son imaginaciones mías). Y ahora acabo de tener un deja vu a lo tonto y a lo bobo, y eso sí que no sé de dónde viene xDDD
Creo que te va a gustar lo que te voy a enviar e.e
Bueno, sigo leyendo :3
JAJAJAJAJAJAJA claro que sabes lo que va a pasar xD
EliminarPero tiene que huir haciendo la croqueta, sino no vale D: Imaginaciones tuyas, supongo. No creo que enganche ni que sea tan buena xD ¿Un deja vu? Vaya .__.
Me matas de la curiosidad ewe
Vale, besitos <3