Permanecimos
varios segundos mirándonos, en silencio y sin movernos, hasta que se acercó un
poco y pude ver que llevaba dos mochilas colgadas al hombro: la suya y la mía. En
ese momento dos deseos contradictorios peleaban en mi interior: por una parte, quería
salir corriendo y no aparecer nunca más delante de Adrián; pero por otra, la
que parecía cobrar fuerza, quería lanzarme en sus brazos y darle las gracias por
estar ahí.
Me quedé
quieta, pensando que, si hacía alguna de las dos cosas, me arrepentiría.
-Estabas
aquí – dijo poco después de que la pausa se alargara demasiado. Miró a su
alrededor, como si ese lugar le causara cierta nostalgia.
Su tono de
voz no mostraba sentimiento alguno, cosa que me irritó. Mis mejillas enrojecieron y sentí ganas de
morir. No tendría que haberme descontrolado de esa forma. ¿Desde cuándo era
así? Adrián me alteraba demasiado.
-¿Qué haces
aquí? – le pregunté en un susurro. Estaba totalmente confundida.
-He estado
buscándote todo el día. Y ya te he encontrado – dijo como si fuera una
conversación normal y corriente, casi con indiferencia. Miraba a infinito como
si estuviera manteniendo una charla desenfadada.
-No recuerdo
haberte pedido que me buscaras – le espeté.
Se giró para
mirarme. Entrecerró un poco los ojos, como si intentara descifrar qué estaba
pasando por mi cabeza. En esos momentos no lo sabía ni yo.
-No hace
falta que nadie me diga nada. Me apetecía, y he venido – repuso con
tranquilidad.
-Pues ya te
puedes estar yendo – dije de la forma más cortante posible.
Me arrepentí
al momento de decirlas, pero ya no podía hacer nada. La tranquilidad había
hecho que la rabia volviera a aparecer, y estaba pagándola con él.
En buena
parte se lo merecía, pero no podía ser así con él. Y no debía. Se había
dedicado a confundirme, pero nunca me había tratado mal. Lo único que me
apetecía era retroceder al pasado e inventar alguna excusa para no haber ido a
la fiesta.
-¿Crees de
verdad que puedes salir de aquí tú sola? – preguntó con incredulidad -. Ya has
demostrado que tienes una orientación terrible. Te has metido en uno de los
sitios más remotos del bosque, y te aseguro que es bastante difícil salir de
aquí.
-¿Y has
venido aquí para rescatarme como un príncipe azul? – pregunté mientras ponía los
ojos en blanco -. Olvídame. No tengo ganas de hablar con nadie.
Ni de decir más cosas de las que me
pueda arrepentir, pensé.
Dicho esto,
me levanté y me apoyé de lado en un árbol cercano, a espaldas de él. Quería
irme de allí, pero no me atrevía. Adrián tenía razón: mi orientación era
terrible, y lo más seguro era que acabara más perdida todavía.
Enfurruñada,
suspiré y me crucé de brazos. Mi ansiedad iba aumentando por momentos y temía
volver a hacer alguna estupidez más. Intenté pensar en algo que hiciera que la
tensión se aliviara, que pudiéramos hablar sin tantas barreras de por medio.
Era la primera vez que pensaba en tragarme mi orgullo, pero no podía hacer
nada. Él había sido el que había querido que no fuéramos amigos.
Mis
pensamientos se vieron interrumpidos por unos brazos que me rodearon la cintura
y me elevaron varios centímetros del suelo. Grité de puro terror hasta que me
di cuenta de que era Adrián quién me llevaba hacia el interior del claro.
-¿Se puede
saber qué haces? - grité, consternada.
-Me aseguro
de que no te vayas. Bastante me ha costado encontrarte como para perderte otra
vez – dijo mientras me bajaba al suelo.
Empezó a
quitarme, con delicadeza, hojas que se habían quedado enganchadas en mi pelo.
Enrojecí de vergüenza. Tendría que tener una pinta horrible. Después, recorrió
mi mejilla con su dedo pulgar y lo miró: estaba un poco manchado de sangre, por
lo que me dejó claro que lo que parecía ser una pequeña molestia era un buen
arañazo. Reparó también en el collar, aunque en ese momento lo tenía escondido
debajo del polo. No me lo había quitado desde el sábado, y no quería
quitármelo.
Después, me
sonrió con la dulzura que le caracterizaba.
-¿Por qué
has venido a por mí? Tú… tú no quieres que… - no era capaz de decirlo.
-¿No quiero que
seamos amigos? En ningún momento dije
que no quisiera. Pero es lo mejor, al menos durante un tiempo.
-¿Y si
dentro de un tiempo ya no quiero ser tu amiga? – le pregunté con toda la
inocencia del mundo, aunque él sabía tan bien como yo que no iba a ser así.
-Sandra… llevo
buscándote desde que te vi salir del instituto. He recorrido todo el pueblo,
toda la costa y medio bosque para poder encontrarte. Estaba empezando a creer
que te había pasado algo – dijo con preocupación -. Iba a enloquecer. Hasta que
se me ocurrió venir aquí y, por suerte, te encontré. Me siento tan feliz que no
puedo estar enfadado contigo. Me importas mucho más de lo que crees, cielo. No
lo olvides.
Me quedé
unos minutos conmocionada, sin saber qué hacer. Adrián me abrazó, y en ese momento
me di cuenta de que estaba llorando.
-Estoy tan
confundida –sollocé.
-Siento que
tenga que ser así –parecía afectado de verdad-. ¿Quieres que te cuente una
leyenda?
-¿Una
leyenda? – pregunté, confundida. No esperaba que fuera a decirme eso. Sería algo
para distraerme -. Sí.
-Dicen que
hace algunos años, en Baste se libró una importante batalla: la lucha del bien
contra el mal. Los que estaban en el bando del bien buscaban la paz y la calma
entre los habitantes del pueblo. En cambio, los que estaban con el mal buscaban
que todo fuera un caos, la muerte y la destrucción. El bando del mal se iba
haciendo cada vez más grande y poderoso, mientras que el del bien permanecía
igual. Tanto fue así, que los que estaban con el bien tuvieron que hacer zonas ‘’especiales’’.
Zonas en las que cualquiera que estuviera con el mal y entrara se quemara y
empezara a disolverse, como si el lugar tuviera ácido. En cambio, para los del
bien era un lugar tranquilo, se sentían en paz aquí, y lo más importante: era seguro.
>>Eso
le dio al bando del bien una importante ventaja en la batalla, aunque no duró
mucho. Era inevitable que se produjera la lucha y, cuando se produjo, fue
totalmente devastadora. Hubo muertos de ambos bandos, pero finalmente ganó el
bien. Se comprometieron en mejorar el pueblo y, como recordatorio, dejaron las
zonas especiales intactas. Desde entonces, el pueblo en general ha sido un
sitio de protección y paz.
-Es
interesante… aunque no es más que una leyenda, ¿no? ¿A qué viene esto? –
murmuré confundida.
-¿Y si no
fuera una leyenda? ¿Y si… ahora mismo nos encontramos en una de esas zonas
especiales?
Un escalofrío
me recorrió la espalda. La sensación que había tenido al entrar aquí era muy
parecida a la que Adrián había dicho en la leyenda
-¿Quiénes
eran los del bando del mal? –quise saber. Estaba casi segura de que no eran
personas. Adrián no había empleado ese término en ningún momento.
-Eso no te
lo puedo decir. Aunque sí te diré que el mal ha vuelto a Baste, y que en estos
momentos nadie está a salvo. Será mejor que nos vayamos ya. Mañana tenemos
clase.
Asentí, pero
mi mente estaba en otra parte. Si el bien no quería darme respuestas, tendría
que recurrir al mal. Aunque me costara la vida.
OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH. Meeeeeeeeeeeeee encaaaaaaaaaaanta, eres tan mala persona, que me tienes que dejar así.
ResponderEliminarY sí, tiene acción porque me has enganchado *------*
Va a recurrir a Isaac... ¡A ISAAC, POR FAVOR! La leyenda me encanta, es muy original. El capítulo está muy bien desarrollado y escrito, espero con impaciencia el 12, es decir ya xDD
Ay, ¿y que serán esas cosas especiales? ¿Se pueden saber? Adrián e Isaac sé que lucharon, lo tengo seguro, y le venció el primero al segundo. Y, es tan molongo. Jooooooooooooooooooooo, que quiero más, máaaaaaaaaaaaaaaaas.
Un beso.
Raúl.
Muchas gracias ^^ No soy mala persona D: Entiende que tengo que cortar el capítulo en algún punto xDDDDD
EliminarOh, me alegra haberte enganchado :B juju
¿Tú crees? A mí no me terminaba de convencer... ahora sí lo hace un poco más :B Graciaaaaaaaas :D
Juju, ya lo verás :B De momento no se puede saber ^^ Y bueno, estás sacando muchas conclusiones precipitadas :3 No te revoluciones xD Pronto, intentaré que sea prontooooooooo.
Besitos <3
¡¡¡¡OOOOOOOOOOOOH PEDAZO DE CAPITULO!!!!
ResponderEliminarMe ha encantado ha sido genial desde principio a fin. La leyenda sobre el bien y el mal ha sido super original y no se porq me da Sandra va a recurrir a Isaac para sacar toda esa informacion de Adrian no quiere darle y lo q tengo seguro es que Adrian es del lado del bien y tendra problemas con Isaac.
Jope q interesante estaaa!!! NO TARDES EN SUBIR EL SIGUIENTE X FAVOR NO SEAS MALAA!! :(
MUCHAS GRACIAS >//////<
EliminarMe alegra que la leyenda os esté resultando original, fue algo sobre la marcha y no estaba muy convencida :S Juju, ya verás lo que pasa :D
Intentaré subirlo lo antes posible ;w; No quiero ser mala D:
Besos ^^
Me has dejado sin palabras :O Me encanta esta historia!! :D
ResponderEliminarNo vale, acabo de leerme los 11 capítulos de un tirón y ahora quiero el siguiente… necesito el siguiente!! Sube el próximo pronto que me tienes en ascuas!!!!!!!!!
Un beso y sigue escribiendo, porque lo haces de perlas ^-^
Muchísimas gracias, y siento mucho no haber subido más. Ahora que tengo vacaciones quiero aprovechar :D
EliminarMe encanta tu historia!! Te sigoo!
ResponderEliminarun beso^^
Muchísimas gracias ^^ Besitos <3
Eliminar¡Ey! Tienes un premio en mi blog :)
ResponderEliminarUn beso :D
Voy a hacerlo después de tanto tiempo xD
EliminarHoola! Probablemente no me conoces pero amo tu blog! Te nominé para un premio en mi blog. Pásate: http://cuteandkawaiiblog.blogspot.com.es/2013/06/mi-primer-premio.html
ResponderEliminarSaludos^^
¡Hola! ¡Muchísimas gracias, de verdad! Voy a ver, y gracias de nuevo :3
EliminarBesos <3
Aaaawwwwwww yeah, es la hora de las preguntas para Isaac, JAJAJAJAJA. Adri, eres muy majo y todo lo que tú quieras, pero no te das cuenta de que si no le cuentas cosas a Sandra no confía en ti, y si no confía en ti, TODO ES CACA, xDDDD
ResponderEliminarNo sé, Isaac tiene algo que me llama .____. ¡Y por eso mi Adri es un demonio! xDDDD
Besuelos en el suelo (?) <333
JAJAJAJAJAJAJAJA exaaacto :D
EliminarNormal, sabéis muy poquito de él xDD
Procura que el suelo esté limpio (?) <3