Una molesta
luz me impedía dormir. Intenté abrir los ojos, aunque tuve que
cerrarlos de golpe. Los froté exageradamente y volví a abrirlos.
Mucho mejor.
Me senté y
miré a mi alrededor. Me gustaba esta habitación, pero todavía no
me sentía cómoda en ella. Mi vista se clavó en el escritorio de
madera. Allí se encontraban algunas de mis pertenencias y cosas que
ya estaban cuando entré por primera vez aquí. A su lado se
encontraba un gran armario aún vacío y varios muebles. Aunque la
habitación estaba muy bien decorada, lo mejor de todo era la gran
cama de matrimonio. Parecía la habitación de una princesa, cosa que
no hacía más que recordarme lo absurdo de mi situación.
''Acabas
de llegar, Sandra'', me dije,
intentando tranquilizarme. Apenas había pasado la noche aquí y ya
me sentía sola. Aunque no era una novedad, ya que la mayoría del
tiempo solía estarlo. Negué con la cabeza. Aunque intenté no
hacerlo, algunas lágrimas salieron de mis ojos mientras pensaba en
lo ocurrido. Nunca mostraba debilidad en público, pero en privado
había derramado suficientes lágrimas para un océano. Y no me
gustaba nada haberlas derramado.
De
un salto, salí de la cama y me fui al cuarto de baño. Me metí en
la ducha y puse el agua ardiendo, a una temperatura poco adecuada.
Adoraba el agua caliente. Cuando terminé, salí de la ducha y limpié
el espejo empañado con una mano. Tenía unas ojeras enormes y el
pelo muy, muy enmarañado. Suspiré y me obligué a sonreír. Después
estuve un buen rato arreglándome aunque, como hacía normalmente, no
me puse maquillaje.
Volví
a la habitación que estaba preparada para mí (las demás estaban
todas vacías) y abrí una de las maletas. De ella saqué unos
pantalones negros y una camiseta con la cara de Wobbuffet*.
De otra de las maletas saqué unas botas de estilo militar. Me vestí
rápidamente. Hacía algo de frío, por lo que me puse una chaqueta y
miré la hora, extrañada. No solía tener frío. Vi que todavía no
eran las diez de la mañana. Puse los ojos en blanco. Levantarse un
domingo a estas horas no era muy agradable, pero de todas maneras me
iba a resultar imposible volver a dormir. Cogí mi iPod y me tumbé
en la cama, dispuesta a relajarme un rato. Era increíblemente
cómoda.
Pensé
en lo que había pasado estos últimos días. ¿Por qué mis padres
se empeñarían en dejarme vivir sola en un pueblo que estaba
prácticamente perdido? ¡Si todavía no tenía dieciséis años!
Resoplé. No tenían remedio.
Intenté
olvidar mis pensamientos, pero sonaban más altos que la música. Al
cabo de un rato me di por vencida y decidí salir a la calle.
Me
encontraba en Baste, un pueblo costero del que nunca había oído
hablar. Aunque llevaba unos días intentando hacerme a la idea,
todavía me parecía muy raro vivir sola en un sitio como este.
Después
de dar unas vueltas estaba aun más convencida. Era un pueblo
precioso. La mayoría de las casas eran de piedra, y las calles
anchas y largas. El olor del mar llegaba a la parte baja del pueblo y
el aire estaba cargado de humedad. Al menos el clima me gustaba.
Por
suerte, mis padres ya se habían ocupado de comprar todo lo
necesario, así que paseé tranquilamente mientras buscaba el
instituto y alguna librería. Esas eran las dos únicas cosas
esenciales que necesitaba saber para vivir en el pueblo, aparte de la
casa.
En
un rato encontré ambas cosas, además de algunas tienda de ropa, un
supermercado y varios restaurantes. En realidad, parecía un pueblo
bastante normal y tranquilo.
Hasta
que me encontré con él.
Estaba
de camino a casa, absorta en mis pensamientos. Tenía la vista fija
en el suelo, tratando de ocultar ligeramente mi emoción. Había
empezado a alegrarme por estar aquí. ¡Por fin sola! ¡Sin padres
que me dijeran lo que tenía que hacer! ¡Sin niños pijos a los que
aguantar! La idea me maravillaba.
Me
tomaría la llegada a Baste como una nueva vida. Estaba totalmente
dispuesta a olvidar todo lo negativo de mi larga estancia en
Barcelona. Mi familia no era, desafortunadamente, como ninguna
familia normal. Tenía que soportar a un padre que siempre estaba
ausente por viajes de negocios, a una madre histérica y una hermana
mayor extremadamente pija. La única persona que verdaderamente
aguantaba era mi hermana pequeña, pero estudiaba en un internado de
Londres para ``mejorar su actitud´´. Por supuesto, exageraba. Mery
(quería que la llamaran así) era la chica más adorable del mundo.
Pero, al igual que yo, era demasiado rebelde. Por eso la mandaron
allí en cuanto cumplió los doce años. Por eso, ahora, me habían
mandado a mí aquí. Porque mi madre y mi hermana no me aguantaban.
No sabía si mi padre tendría algo que ver, pero quería creer que
él no me haría eso.
Estuve
a punto de chocar con alguien. Di un paso atrás y pedí perdón. Al
levantar la mirada, vi a un chico mirándome fijamente. Me puse seria
al instante y me quedé paralizada. El chico era asombrosamente
bello. Llevaba el pelo de color azabache a la altura de los hombros,
casi fundiéndose con una chupa de cuero del mismo color. Tenía los
ojos de color verde oscuro y la tez pálida. También tenía un aire
de peligro que me aterraba y me asqueaba a la vez.
Al
darse cuenta de que lo estaba mirando, el chico sonrió con malicia.
Me puse como un tomate y bajé la vista, avergonzada.
-Hola,
preciosa – saludó mientras me miraba-. Por fin nos conocemos.
Estuve
a punto de vomitar. Normalmente solía pasar de este tipo de
comentarios, pero este me parecía odioso. Lo fulminé con la mirada.
Su risa ronca me pilló por sorpresa. En un segundo, lo tenía a un
par de centímetros de mi cara. Di un par de pasos hacia atrás
instintivamente, pero me cogió por los hombros y me obligó a
mirarle directamente a los ojos.
Iba
a decirle que me dejara en paz, que no quería que un imbécil me
molestara el primer día. Pero, por algún motivo, no pude. Me quedé
embobada mirando aquellos ojos verdes, que poco a poco empezaron a
adquirir un tono rojizo.
Durante
unos instantes olvidé quién era y qué hacía allí. Sólo existía
aquel chico, por el que sentía una fuerte atracción. Una de sus
manos me acarició el cuello lentamente, subiendo hasta la mejilla.
También se fue acercando cada vez más hasta que me abrazó con el
otro brazo. No tenía control sobre mí misma, era como si algo o
alguien estuviera dándole órdenes a mi cuerpo. Pero tampoco intenté
hacer nada por evitarlo. Él estaba demasiado cerca. Cuando nuestros
labios casi se rozaban, me quedé vacía, como si todo lo que había
sentido se hubiera esfumado.
Sentía
algo parecido al cansancio. Mi cuerpo pesaba como si fuera plomo, y
apenas podía moverme. Miré asustada al chico, pero se limitó a
sonreír. Ya no sentía ninguna atracción, sólo odio.
Con
todo el esfuerzo que me permitía mi cuerpo me deshice de su abrazo,
rompiendo el contacto. Pero no tardó en agarrarme fuertemente de un
brazo.
Entonces
empezó el dolor. Se fue extendiendo rápidamente desde el brazo
hasta todo el cuerpo, nublando aún más mis pensamientos. Empecé a
ver borroso.
El
chico dejó de tocarme y murmuró algo entre dientes. Sentí como las
pocas fuerzas que me quedaban fallaban y caí lentamente al suelo, de
rodillas. Vi una luz blanca, y me pregunté si moriría ahí mismo.
Mejor morir que seguir así, me dije. ¿Por qué me tuve que
encontrar con él? ¿Acaso mi final estaba aquí? Me negaba a
creerlo. Tenía demasiadas cosas que encontrar, demasiadas cosas que
vivir. Cerré los ojos, derrotada.
Escuché
lo que parecían ser golpes, y los abrí de golpe. Podía distinguir
a dos chicos que parecían de la misma edad. Aunque no podía
distinguir mucho más, vi un gran parecido entre ellos. Me pregunté
vagamente qué estaría pasando.
No
sabía cuánto tiempo había pasado, pero me pareció una eternidad.
Uno de los chicos desapareció y escuche unos pasos muy cerca. Me
abracé a mí misma. Estaba aterrada. Los pasos terminaron delante
mía. Escuché un gemido y me esforcé en ver algo.
Enfrente
de mí se hallaban un par de ojos del color más azul que había
visto nunca. En su mirada se distinguía algo de preocupación y
cansancio. Eran los ojos de uno de los chicos, estaba segura. No
sabía por qué, pero verlos hizo que me sintiera a salvo. Lo miré
con agradecimiento. Vi algunas cosas más: tenía el pelo rubio
ondulado, la tez también pálida y una sonrisa preciosa. Me quedé
embobada mirando cómo sus labios se curvaban hacia arriba.
Nos
quedamos así unos instantes que parecieron mágicos. Me olvidé
completamente del dolor y de lo mal que me sentía. Mi corazón latía
con fuerza. ¿Por qué me sentía así?
Estuve
pensando hasta que una de sus manos tocó la mía y empezó un dolor
parecido al de unas descargas eléctricas.
*Wobbuffet es un pokémon. Si buscáis alguna imagen con ''wobbuffet t shirt'' os saldrá la camiseta :3
*Wobbuffet es un pokémon. Si buscáis alguna imagen con ''wobbuffet t shirt'' os saldrá la camiseta :3
OH,DIOS,ESTE PRINCIPIO ES MUCHO MÁS EMOCIONANTE. ADRIÁN,¿NO? AY,QUE ME ENAMORO :3333333 Es muy chachi *-*
ResponderEliminarSigue escribiendo,eh :3
¡Un beso! ^^
PD:Me alegra muchísimo que hayas vuelto :D
ASDF ¿Quién si no? >w< GRACIAS *_*
ResponderEliminarPor supuesto, y más ahora que no tengo exámenes :D
Besos para ti también <333
PD: A mi me alegra muchísimo que me digas eso c:
*______*
ResponderEliminarQUÉ ADORABLE ^^
Me alegra mucho que hayas vuelto, cielo :) Además, el capítulo está muy, muy interesante :D
¡Un beso! <3
Eso tú >w< Muchísimas gracias Carla :3 Por todo ^^
EliminarBesitos<3
¿ Que!!! Dos chicos peleando por Sandra! Parece que son Isaac y Adrián. Que ganitas de leer mas, avísame cuando subas:)
ResponderEliminarBesos:)
Jajajaja aunque ya lo he contestado, me hace más ilu decirte que ya se verá :B Aunque es demasiado obvio. Por foto, como siempre :3
EliminarKisses ^^
Awsdfghjihfdwwrtjkhbd*-*
ResponderEliminarIN-CRE-Í-BLE!!
Necesito el segundo:D esto de dejsr alguien con la intriga es de muy mala persona:(
aviss para el siguiente*______*
Pd.: no he podido leerlo antes por los exámenes pero mereció la pena:3 Menos mal wue has vuelto cris,ya lo echaba de menos<3
Muchas gracias >///<
EliminarIntentaré tenerlo lo más pronto posible, lo prometo :D Por foto, como siempre ^^
PD: oish >w< yo os echaba de menos a vosotras <33
¡Hola! :)
ResponderEliminarMe ha encantado el capítulo, con cada uno te superas. Me gusta mucho la manera de conocer a los chicos. En resumen, me encanta como escribes, ¡sigue así!
Besos y ¡felices fiestas!
PD: Espero verte por mis blogs. ;) Me encantaría recibir tu sincera opinión.
Sollozos En Mitad Del Bosque
Pensamientos De Adolescencia ∞
¡Hola! ¿Sabes? Creía que te había respondido ya xD Muchísimas gracias *___* ¡E igualmente! :D
EliminarAhora mismo me paso :3
Hola! me encanta, en serio es super bonito
ResponderEliminar*_______* me suscribo si o si , y estoy esperando el segundo e-e
Hola :D Muchas gracias <3 Espero tenerlo pronto, de verdad :3
EliminarHistorias así son las que hacen que tenga ganas de escribir :)
ResponderEliminarMuchísimas gracias >///< Intento mejorar poco a poco nwn
Eliminarme ha gustado mucho este primer capitulo...seguiremos leyendo otro día y comentándote ^^
ResponderEliminarMuchas gracias ^^ Encantada de que me leáis :3 Besos<3
Eliminar¡Aquí estoy, la tardona por excelencia! La verdad es que no me acuerdo de cómo era el anterior, pero me ha gustado mucho ^^ Yo quiero una camiseta de esas DD: Wobbuffet es super adorable :3
ResponderEliminarHala, acabo de ver que ya había comentado .____. Bueno, ya sabes, mi memoria xDDD
Un beso nuboso,
Garonne
Ya sabes que no hay prisa, y además comentaste en los primeros capis :3 Muchas gracias :D Yo quiero otra, pero es muy difícil de encontrar y además es cara D: Exacto :3
EliminarTu memoria falla, pero yo encantada de que comentes ^^
Besitos <3